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CULTIVA TU MATRIMONIO

  • Writer: Jorge Chacón Sotelo
    Jorge Chacón Sotelo
  • May 31, 2014
  • 2 min read

Recuerdan sus primeros días de novios, o la tan esperada luna de miel… cuantas veces sin pensarlo siquiera, estábamos repitiendo a nuestra pareja cuanto la amábamos… pero después de cierto tiempo de casados, ¿qué pasó?, pareciera como si ya nos sentimos cursis al decir te amo a nuestra pareja. Si creemos que este comportamiento se da en las mujeres, lo cierto es que es más frecuente en los hombres, por aquella situación de que los hombres somos menos expresivos. Será que con los años nos estamos aburriendo de decir lo mismo o peor aún, que ya dejamos de amar a nuestro cónyuge… definitivamente el final de la primera etapa del matrimonio, no necesariamente es el final de todas las etapas que le siguen a esta bella aventura de la vida conyugal.

Al contrario, la finalización de cada etapa es el principio de otra en la que el amor va siendo más profundo y donde nuestra creatividad puede desempeñar un papel muy importante.

E. Fenoy y J. Abad, en su libro amor y matrimonio, nos dice que “el enfriamiento es un proceso sutil, casi imperceptible en sus comienzos, que no se capta con facilidad, sino cuando las cosas han llegado a los extremos que pueden parecer sin solución”.

Sin una vez existieron amor, respeto y cariño entre una pareja, estoy seguro que puede resurgir. Pero ¿cómo -dicen algunos--, si ya estamos cansados y aburridos de “pan con lo mismo”?

Bueno, primero que nada debemos hacer un esfuerzo para evitar que la rutina corte el interés de expresar a nuestro cónyuge nuestro amor.

Segundo, tener la firme idea de que el amor en el matrimonio no es algo que pasa de moda. Siempre es necesario seguir expresándolo, si queremos que el amor se mantenga vivo y crezca con el tiempo, decidirlo así, es de mucha ayuda para mantener la relación viva.

Imaginemos que el amor conyugal se parece a un rosal. De repente una plaga extraña amenaza sus rosas preferidas ¿qué haría usted?:

Un buen jardinero primero investiga cuál es la causa del mal, observar y analizar los síntomas para entonces dar solución y luchar con todas las herramientas posibles para salvar sus rosas, pues para él valen mucho… en realidad para un jardinero, sus rosales son parte de su propia vida… cada cónyuge, debería cultivar así su relación matrimonial y luchar con todo para evitar que su amor se marchite.


 
 
 

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